Escribir Ficción, por Ignacio de Miguel
Escribir Ficción, por Ignacio de Miguel
Pensamiento y Escritura para toma de mejores decisiones 
Loading
/

Bienvenido al primer contenido de la serie sobre habilidades personales, «soft skills» y hábitos que mejoran nuestra vida profesional, y por qué no, personal. 

El primer tema de esta serie tenía que estar relacionado con la escritura a la fuerza. 

El motivo es que es la escritura el primer elemento transversal en mi vida tanto profesional como personal que he manejado desde que fui un chaval. 

Estoy al borde de una edad de esas que generan una gran crisis existencial. Estoy inmerso en un tiempo de (lento) cambio profesional por la toma de decisiones personales. 

¿A que suena a crisis? Pero tranquilo, la palabra crisis no es negativa, sólo significa «cambio». El problema es ver los cambios como algo negativo. 

La resistencia humana al cambio. Algo de lo que hablo mucho en mis charlas de asesoría a emprendedores y empresas. 

A lo que iba, es que la escritura es el elemento transversal que conservo en mi vida desde muy joven.  

Si te pregunto cuántos libros lees al año, puede que te sientas incómodo porque sabes que deberías leer más de lo que lo haces.  

Así que no te lo voy a preguntar. 

Pero sí te voy a preguntar cuánto escribes a lo largo de un mes (y no me refiero a escuetos correos electrónicos). 

Aunque tu respuesta sea «pues yo no escribo nunca salvo breves correos», no te vas a sentir incómodo respondiendo. Pero deberías. 

Deberías sentirte incómodo por no escribir habitualmente. Ya te adelanto que si escribieras con asiduidad también leerías más porque ambos hábitos van de la mano. 

Sé lo que estás pensando: ¿qué tiene que ver escribir con la toma de decisiones? Mucho: 

  • Escribir no es algo del pasado. 
  • Escribir no es algo para eruditos. 
  • Escribir no es para ociosos. 
  • Escribir no es sólo para los profesionales de la escritura (escritores o periodistas que se ganan la vida escribiendo). 

Escribir es una habilidad manual que se enseña en las escuelas como muy tarde a partir de los 6 años de edad. 

Escribir es una habilidad manual necesaria para el desarrollo de nuestro cerebro. Está relacionado con la motricidad fina. Se relaciona con el pensamiento, con el mundo de las ideas abstractas, con la imaginación y la creatividad. 

Todo eso es lo que somos, lo que nos define como humanos. Ahora que estamos en una época explosiva de las Inteligencias Artificiales Generativas tenemos que ser conscientes de lo que nos diferencia de ellas: entendemos la creatividad, imaginamos, tenemos ese pensamiento abstracto que las IAs no tienen.  

Las IAs no entienden lo que hacen, simplemente lo hacen. Esta frase tiene muchos matices, pero es un buen resumen para mí. 

Aunque ya he visto que la tendencia de la ciencia ficción es equiparar el intelecto con la capacidad de sentir y en consecuencia con la condición de ser humano. Según eso, las IAs serán humanas en poco tiempo. Pero ese es otro tema. 

Una IA nunca podrá tomar las mejores decisiones para tu vida personal. Porque una IA sólo podrá tomar decisiones lógicas, como los vulcanos. Nota al margen por si no te suena esto: en el universo de Star Trek, los vulcanos son una raza de humanoides con orejas puntiagudas que basan su vida en la lógica. Nota al margen dos: si las IAs empiezan a «sentir» o a «ser conscientes de la simulación de los sentimientos» reescribiré este párrafo para que siga teniendo sentido. 

Te hago un «spoiler» de la vida: las mejores decisiones que vas a tomar no serán lógicas, serán asumiendo riesgos y dando prioridad a tus sentimientos.   

¿Dónde entra en juego la escritura en todo esto?  

Ya he llegado a donde quería llegar. La escritura pone en marcha nuestro pensamiento.  

Intenta hablar mientras escribes. No puedes.  

Piensas y hablas. 

Piensas y escribes. 

Escribes más despacio de lo que eres capaz de hablar.  

Según escribes tus pensamientos, estos evolucionan y reescribes, tachas, corriges. 

Mientras escribes entras en un bucle de pensamiento y reflexión que te lleva a verbalizar con la calma de la escritura todo aquello que piensas, que sientes.  

El subconsciente deja paso al consciente. Todo lo que tienes en la cabeza, y te atrevías o no a expresar, a asumir, al escribirlo se materializa. 

Tomas el control.  Plasmas toda la información delante de ti, la puedes tocar. 

Y con toda la información, puedes tomar mejores decisiones. En algunos casos incluso te sirve para hacer auto-terapia. 

Puedes escribir a mano o con un teclado.  Personalmente te sugiero que escribas de vez en cuando a mano. Pero no en cualquier momento ni de cualquier forma. 

Ponte cómodo, elige el papel más adecuado o a tu gusto. Grande, pequeño, liso o rayado. 

Elige el objeto de escritura que más te guste: lápiz, bolígrafo o estilográfica.  

Por ejemplo, te diré que yo escribo con lápiz de dureza 2B (tengo una caja con más de 100 listos para usar), o con pluma estilográfica de tinta azul, fina y con peso. 

Son mis manías. Cada uno tiene las suyas.  

Pero como digo puedes hacerlo con un teclado. Por cierto, que a mí tampoco me vale cualquier teclado. Pero no voy a seguir por ahí que me despisto, otro día te cuento lo del teclado. 

Transformar la línea de pensamiento y reflexión en palabras escritas nos aporta consciencia real de lo que tenemos entre manos y nos permite tomar mejores decisiones. 

Las variables de decisión ya son cosas de cada uno, en eso no me voy a meter. 

Pruébalo y me cuentas. 

Felices escrituras. 

Hasta pronto. 

Ignacio de Miguel 

ignaciodemguel.es