Ignacio de Miguel
Ignacio de Miguel
El entorno cambia: diagnóstico de un problema
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Para hoy tenía previsto continuar con un contenido sobre cómo definir un problema. Sí, sé que voy despacio, pero como dije al principio estoy en un proceso de aprendizaje compartido, y creo que reflexionar sobre estos temas, o sobre cualesquiera otros, es labor de todo emprendedor o empresario. 

Siempre recomiendo dedicar un día a la semana a “pensar” y no a “ejecutar”. 

La respuesta suele ser “es que me come el día a día”, o “es que no tengo tiempo para todo lo que tengo que hacer”. 

Nos gusta demasiado el “es que”. Insisto: bloquea una franja de tiempo un día a la semana que tengas menos carga de trabajo pendiente y dedícate a pensar en eso solamente. 

Se puede hacer, sobre todo si piensas que en realidad el trabajo nunca se va a acabar, nunca vas a terminar todas las cosas pendientes de hacer porque siempre hay más. 

Así que para, y dedícale un rato a la semana de forma sistemática a pensar, estrategias, opciones, revisiones, etc. 

Y esto tiene relación con la cuestión de hoy.  

El caso es que he cambiado el contenido de esta semana porque me he dado cuenta de que un origen muy habitual de los problemas en los negocios es que el entorno cambia y el negocio debe cambiar con este entorno. 

Este tipo de cosas son las que podemos detectar cuando dedicamos un poco de tiempo a “pensar” sobre nuestro negocio. Así que en realidad eso de dedicarle un rato a la semana a evaluar y mirar hacia delante, hacia dónde vamos con nuestra empresa es algo necesario para que no nos pille el toro del cambio del entorno y se nos genere un problema. 

Vamos a ver cómo pasan estas cosas y cómo podemos enfrentarnos a ellas desde el punto de vista del análisis del problema, no voy a hablar de soluciones, para eso nos queda todavía. 

Cuando tenemos un negocio en marcha que funciona es porque hemos respondido de manera adecuada a una necesidad del mercado. 

Debemos ser conscientes de que las necesidades del mercado cambian. Y no lo suelen hacer de forma drástica, salvo en casos excepcionales como la aparición del iPod o del iPhone por ejemplo. Tal vez ocurrirá lo mismo con las nuevas gafas de VR de Apple. 

Casualmente esta empresa ha sabido cómo romper el mercado, o cómo cambiarlo a su antojo. 

Sin llegar a estos extremos, la realidad es que el mercado, el entorno, cambia poco a poco. 

Y llega un momento en que notamos que el negocio ya no va tan bien, tiene altibajos o ligeras caídas constantes cuando antes esto no ocurría. 

En muchas ocasiones, estamos ante un cambio del entorno que no hemos controlado, al que no nos hemos adaptado como negocio. 

Esto ha ocurrido porque nos metemos en el día a día de nuestra actividad y no nos paramos a mirar hacia adelante y mirar por dónde transcurre el camino que llevamos. 

Los grandes del retail, las grandes empresas que vender al consumidor final lo saben. ¿Acaso no han cambiado las tiendas de ropa en los últimos años? ¿Y los supermercados? 

He dicho que el cambio del entorno se produce poco a poco normalmente, pero es inexorable. Y poco a poco es un concepto relativo. De un año a otro las circunstancias cambian y los negocios deben estar en continua adaptación.  

Por eso es necesario dedicarle un poco de tiempo a la semana a nuestro negocio para pensar en lo que estamos haciendo, evaluar las acciones, medir estrategias, hacer previsiones, adelantarnos a lo que va a venir o ya está viniendo. 

Así que una de las mayores fuentes de problemas de un negocio es que no se ha adaptado a los cambios del entorno. 

Cuando sientes que tienes un problema, el mercado ha cambiado lo suficiente y de forma tan sutil poco a poco que nos cuesta identificar el problema. 

De hecho, lo que puede ocurrir es que el problema involucre a distintas partes de nuestro negocio, y a muchas personas, y entonces nos adentramos en un problema complejo. 

Debemos estar atentos a los cambios de las personas en la forma en que compran, lo que consumen (modas, hábitos, corrientes…) 

Aun cuando nuestro mercado sea B2B, a nuestro cliente empresa debemos darle lo que necesita para venderle al cliente final. Si el cliente final cambia su forma de consumir o de comprar, la empresa que le vende también debe cambiar y si nosotros somos uno de esos proveedores, debemos cambiar al mismo ritmo. 

Adaptación continua. Evaluación continua, debemos autoevaluarnos como negocio de manera continua. 

Es la única forma de sobrevivir en el tiempo.  

La industria es un poco más resistente a este tipo de cambios. Pero me he encontrado muchas pequeñas empresas industriales (menos de 5 millones de facturación anual) que en la tercera generación hacen exáctamente lo mismo que en la primera. 

Y dicen que no saben qué es lo que pasa que cada vez venden menos.  

Lo que ocurre es que llevan varias décadas de retraso en adaptarse a los cambios en los gustos o el consumo del cliente final. 

No lo dejes para mañana. Bueno, haz lo que quieras, que yo nunca doy consejos, sólo hago preguntas y doy sugerencias. 

Espero que no estés completamente de acuerdo conmigo y que me lo hagas saber. 

Te espero en el próximo contenido. 

Ignacio de Miguel.